La apuesta debe llegar ahora o nunca

Fuente: El desmarque

Pau Pardo. Valencia

El Valencia Femenino está pasando otra dura temporada en la Liga Iberdrola, lo que le está haciendo coquetear con el descenso y provocando cierta desafección en muchos aficionados que parecían haberse enganchado en la etapa de Cristian Toro. Con el argentino el club alcanzó su cénit logrando una meritoria tercera plaza y siendo un equipo correoso, pero desde entonces cada temporada ha ido perdiendo posiciones.

La apuesta económica de los equipos y de la competición es cada vez más alta, el fútbol femenino ha entrado en un lustro de eclosión; se han disparado las audiencias, se ha aumentado la asistencia a los estadios y se está luchando por la defensa de los derechos laborales de las jugadoras. En este contexto, si el Valencia quiere ser un equipo puntero no puede permitirse una apuesta económica y deportiva de perfil bajo.

Entidades con menos nombre que la valencianista como son la Real Sociedad, el Levante U.D. o el Deportivo de la Coruña están realizando un trabajo magnífico, pujando por fichar jugadoras contrastadas y mantener a sus mejores futbolistas. Los resultados están a la vista de todos, posiciones altas en la clasificación y luchando por títulos, algo que las blanquinegras hacían hace no mucho y que deberían volver a hacer.

El deporte femenino está en un momento clave de ebullición y de cambios históricos. Una entidad de la grandeza y la solera del Valencia debe participar en ellos siendo un actor principal, un promotor de avances y un equipo que genere audiencia y afición. Hay un tren que coger y para ello hay que apostar con firmeza, buenas ideas… y también dinero. El equipo tiene plantilla de sobra para acabar salvándose y la temporada que viene debe afrontarla preguntándose qué clase de club quiere ser, de los que van a la cabeza o de los que se quedan en segundo plano. Es el momento de decidirlo.