Ni tanto ni tan poco
- Alejandro Romero Caro
- 20 abr 2020
- 2 Min. de lectura

David Ferrís. Valencia
En los últimos días es recurrente escuchar diversas informaciones y opiniones sobre las nuevas cláusulas por derechos de formación (art. 20) que han surgido en el fútbol femenino español a raíz de la firma del nuevo convenio femenino. Esta cláusula afecta principalmente a las jugadoras menores de 23 años que acaban contrato con su club, como por ejemplo, es el caso de Ona Batlle y Eva Navarro en el Levante UD.
Ambas jugadoras finalizan contrato el próximo 30 de junio y por el momento no han pensado en renovar, ya que cuentan con suculentas propuestas sobre la mesa. En caso de no ampliar el contrato, para que cualquier otro equipo de España pueda hacerse con sus servicios, deberá abonar al Levante la cifra de 500.000 euros correspondientes a los derechos de formación de las futbolistas. En caso de hacerse efectivo ese pago, las jugadoras recibirían el 15% del montante económico de dicha cláusula.
En el supuesto de que ambas renovaran el contrato con el cuadro granota, se les tendría que abonar el 7%, es decir, en este caso percibirían 35.000 euros. Sin saber cuál será el futuro de ambas futbolistas, está claro que esas cantidades son inasumibles para cualquier club de la Primera Iberdrola. Esta medida, además de ser perjudicial para los clubes que estén interesados en fichar jugadoras de este perfil, también lo es para las futbolistas, que aunque reciban una gran cantidad de dinero, se ven atadas de pies y manos.
La idea es buena, pero la ejecución no tanto. En primer lugar, porque no hay una regulación y por eso se ven casos como el de estas dos futbolistas, que no son las únicas en España. Por otro lado, porque permite una fuga de talentos, ya que esta cláusula solo afecta a los equipos españoles, no a los extranjeros.
Y por último, porque muchas veces no se tiene en cuenta a los equipos que sí han formado a estas futbolistas. Sin ir más lejos, Ona Batlle es canterana del FC Barcelona y pasó por el Madrid CFF, mientras que Eva Navarro pasó toda su etapa formativa en el Sporting Plaza de Argel. Por tanto, para que esta medida tenga sentido, es necesario regular las cantidades monetarias y por supuesto, estudiar cada caso para que los equipos que hayan formado de verdad a las jugadoras que lleguen a la élite reciban lo que les corresponde.
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